jueves, 24 de noviembre de 2022

El rock, la escuela y Foucault (Andrés Carmona)

 

Twister Sister: Be Chrool To Your Scuel (1986).

 23/11/2022

 Playlist del artículo para que puedas escucharlo mientras lees: enlace

 

Al rock no le gusta la escuela. En esta entrada del blog vamos a comprobarlo analizando las letras de canciones de rock que, de una u otra forma, mencionan a la escuela. Entendemos aquí “escuela” en el sentido genérico de institución escolar o sistema educativo. Y vamos a relacionar el rechazo del rock hacia la escuela con el pensamiento de uno de los filósofos más influyentes del siglo XX y todavía hoy en día: Michel Foucault. Seguramente Pink Floyd, The Ramones, Asfalto o Leize no lo supieran, pero cuando renegaban de la escuela en sus canciones estaban expresando algunas de las ideas de este filósofo francés.

 

Para entrar en contexto, hay que situar las canciones en el momento en el que casi todas fueron compuestas: años 70 y 80 del siglo pasado, época de formación y auge del rock duro. Este tipo de rock estaba hecho por músicos jóvenes entonces, cuya música se dirigía hacia un público adolescente. No es casual que la escuela aparezca en las letras de esas canciones, como también otras temáticas propias de adolescentes y jóvenes de la época. La escuela de entonces era una escuela rígida, autoritaria y memorística, donde el aprendizaje consistía en memorizar y reproducir ciertos contenidos, a la que vez que inculcar una moral de obediencia y sumisión a la autoridad del profesorado, el Estado y la religión, y donde el castigo corporal todavía se veía con normalidad. El pensamiento crítico, el cuestionamiento de la autoridad o la tradición, el aprendizaje competencial o la autonomía de juicio y personal no solo no eran objetivos de la educación, sino que, además, es que se educaba para todo lo contrario: para obedecer, ser sumiso y no salirse del montón.

 

El rock, y especialmente el heavy metal y el punk, rompían precisamente con todo eso. Tanto estética como musicalmente y en los valores que representaban, el rock duro se unía a los nuevos movimientos sociales (NMS) de la época que cuestionaban todo ese orden de cosas a todos los niveles: la familia, la religión, el Estado… y también la escuela. Es la época de Mayo del 68, el hippismo, la segunda ola feminista, el movimiento por los derechos civiles, etc. Filosóficamente, es la etapa posterior a la Escuela de Frankfort y es cuando desarrollará su filosofía Michel Foucault.

 

Foucault fue un autor influyente en la filosofía y uno de los primeros tildados de posmodernos. Analizó y criticó el concepto de “poder”, diversificándolo más allá del poder del Estado hacia lo que llamó la “microfísica del poder”, entendiéndolo como una relación desigual entre sujetos que se concreta en la dominación de unos sobre otros: el marido sobre la esposa, padres sobre hijos, generales sobre soldados, médicos sobre pacientes, psiquiatras sobre enfermos mentales… y también maestros sobre alumnos. Algunas de estas formas de poder y dominación adoptan la forma de instituciones disciplinarias como son la Cárcel, el Cuartel, el Psiquiátrico y también la Escuela. Dichas instituciones tienen la misión de disciplinar a sus internos en el sentido de homogeneizarlos, hacerlos sumisos y obedientes, y desactivar toda desviación respecto de la norma establecida, utilizando para ello mecanismos represivos y etiquetando a esos individuos de peligrosos, desviados, anormales o enfermos.

 

Esta visión de la escuela como institución disciplinaria choca con el ideal emancipador de la escuela que tenía la Ilustración. Los ilustrados la habían concebido como una institución necesaria para lograr la mayoría de edad ilustrada, el sapere aude, la autonomía. Dos siglos después el resultado había sido una escuela represora y homogeneizadora con un funcionamiento similar al de las fábricas y los cuarteles. Era lo que los filósofos de la Escuela de Frankfort habían llamado la “dialéctica de la Ilustración”: el sueño de la razón que producía monstruos. Los filósofos posteriores, entre ellos Foucault, declararon el fracaso de la modernidad y el paso a lo que después se ha llamado la posmodernidad. La ilustración y la modernidad solo fueron un relato, una narrativa que ya no tiene sentido como no lo tiene ninguna. Y la filosofía debe encargarse de su deconstrucción sin una narrativa alternativa. Y en ese proceso de deconstrucción también se deconstruye la escuela.

 

Este discurso crítico con todas las instituciones modernas y tradicionales, como la escuela, la religión, el Estado, el ejército, la familia, etc., va a calar hondo en el rock duro y el heavy metal. Centrándonos solamente en la escuela, podemos ver cómo esta aparece retratada en términos que nos recuerdan mucho a los de Foucault.

 

Dos de las más famosas son “School out” (1972) de Alice Cooper y “Rock ‘n’ Roll High School” (1978) de The Ramones. En la primera, Alice Cooper expresa la emoción del momento en el que acaba el curso y empiezan las vacaciones, expresando un deseo profundo: que acabe el colegio pero para siempre.

 

Alice Cooper (1972): “School out”

 

School's out for summer

School's out forever

I'm bored to pieces

No more pencils, no more books

No more teachers, dirty looks

Out for summer, out 'til fall

We might not come back at all.

 


 

            The Ramones expresan un sentimiento que veremos en muchas otras canciones: el de que “la escuela no es para mí”. La escuela aparece como un lugar aburrido y repelente y para el que la alternativa es el rock and roll.

 

The Ramones (1978): “Rock 'n' Roll High School”

 

Well, I don't care about history

Rock, rock, rock 'n' roll high school

'Cause that's not where I wanna be

Rock, rock, rock 'n' roll high school (…)

I hate the teachers and the principal

Don't wanna be taught to be no fool

Rock, rock, rock, rock, rock 'n' roll high school

 


 

Veintitrés años después, PPM hacía una versión en castellano del tema de los Ramones expresando la misma idea.

 

PPM (2001): “Rock ‘n’ roll en el instituto”

 


 

Pero si hay una canción rock que expresa ideas casi foucaultianas tal cuales esa es, sin duda, el himno de Pink Floyd: “Another Brick in the Wall (Part 2)” (1979).

 

Pink Floyd (1979): “Another Brick in the Wall (Part 2)”

 

We don't need no education

We don't need no thought control

No dark sarcasm in the classroom

Teacher, leave them kids alone

 


 

            Unos años más tarde, Twisted Sister retoma la crítica al sistema educativo con la canción “Be Chrool To Your Scuel” (1986) en la se preguntan si no habrá una forma alternativa de enseñar que no sea la que sufre el alumnado cada día en el aula.

 

Twisted Sister (1986): “Be Chrool To Your Scuel”

 

Well, I don't think I'll make it through another day,

it's eight o'clock and all ain't well

My brain hurts so much it's stratin' to decay

and I'm livin' in my private hell (…)

I see them walkin' 'round like the livin' dead,

ain't they got nothin' between their ears?

How come they don't seem to hear a single word I say,

they ain't the only one who's bored to tears

Now there must be a better way to educate

'cause this way ain't workin' like it should.

Didn't somebody tell me this would be so great,

be the best thing I ever had?

 


 

            El rock duro en castellano reproduce la misma imagen y la misma crítica de la escuela. Aquí es obligada la referencia a “Días de escuela” (1978) de Asfalto, compuesta al mismo tiempo que las mencionadas anteriormente. En ella, Asfalto refleja cómo era la escuela franquista que ellos sufrieron, con multitud de anécdotas y detalles sobre los crucifijos, las estufas, los maestros, etc. Nótese cómo contraponen la alegría del recreo con la “tortura” de la última clase del día:

 

Asfalto (1978): “Días de escuela”

 

Suena el timbre, ¡al fin!

Bocadillo, recreo, evasión.

Y una tortura más

antes del juego (…)

La letra con sangre entra,

¡otro capón!

Tarea para mañana.

 


 

            Por su parte, y al mismo tiempo, Ramoncín simplemente dice bien claro lo que no le gusta y por qué: no le gusta la escuela porque es un chaval. Lo que nos lleva a la reflexión: ¿la escuela debe ser, necesariamente, tan repelente para los chavales?

 

Ramoncín (1979): “Soy un chaval”

 

No me gustan los deberes, no me gusta la academia.

No me gusta la maestra, (…)

Odio el camino al cole, no me gusta el profesor.

Soy un chaval.

Estoy harto de las clases, no me gusta la pizarra.

Odio la regla de tres.

 


 

            Una década después, Loquillo retoma la temática en términos foucaultianos: la escuela como una más de las instituciones diseñadas para controlar, vigilar y reprimir al desobediente (o sea, a quien quiere ser libre).

 

Loquillo (1987): “Siempre libre”

 

Ya desde el colegio

tuve siempre que aguantar

alguien cerca mío,

para hacerme recordar

todos mis deberes,

desde aquel mi rincón,

para imponerlos por la fuerza

o la razón.

 


 

            Leize profundizan más todavía en la misma crítica a la escuela como entidad represora y maquinaría de homogeneización social, una “fábrica” de mentalidades que produce sujetos que son solo “uno más”:

           

Leize (1989): “Uno más”

 

Ente educativo,

danos algo nuevo.

Demasiadas lagunas para educar.

Sobra castigo escolar.

Por papeles firmados,

aguantar: esos miedos que marcan

la personalidad.

 


 

            Los Enemigos dan un paso más allá. En la escuela no es solo que la letra entre con sangre, es que a veces la sangre se escapa toda. Es lo que le pasó a un adolescente que, abrumado por el peso de no ser capaz de aprobar el curso, decide quitarse la vida antes de las recuperaciones que entonces se hacían en septiembre después de las vacaciones de verano. La canción expresa lo que pudieron ser los últimos pensamientos del joven suicida después de escuchar una y otra vez los típicos mensajes de “Nunca serás nadie en la vida”, “No vales para nada”, “No te esfuerzas lo suficiente”. Tristemente, la canción está basada en una historia real que fue la que inspiró la letra de la canción.

 

Los Enemigos (1990): “Septiembre”

 

Yo iba a ser un gran tío, todo un ganador

¿Será que no es lo mío esta competición? (…)

Lo he intentado de corazón

Me hubiera encantado, lo sabes, señor

¿Es cierto que no tengo

ninguna vocación?

Ya es septiembre y yo no voy a estar (…)

Antes de que me echen, prefiero salir

Aunque sea abriendo la puerta de atrás

 


 

            La canción de S.A., “Ke no te hagan llorar” (1991), va de los prejuicios y estigmas que pueden sufrir los niños contagiados de SIDA. Lo curioso de la canción es que, para expresar su soledad e incomprensión, la canción se sitúa en la escuela del menor. La metáfora es la de un niño que acude a clase pero ese día no va nadie más, ni siquiera el profesor, y al mirar por la ventana ve cómo todo el mundo le señala con el dedo, sin entender nada de lo que está pasando. La crítica subyacente es que la escuela debería servir para justo lo contrario: un lugar de refugio, empatía y comprensión para niños con SIDA o con cualquier otra circunstancia que suponga una desventaja social, ya sea económica, étnica, sexual o de cualquier otro tipo. Lamentablemente, la escuela a veces no solo no sirve de freno para esas desventajas sino que además las acrecienta.

 

Soziedad Alkohólika (1991): "Ke no te hagan llorar".

 

El aula vacía está

y llena de hipocresía.

Un niño cabizbajo ha entrado

y en su pupitre se ha sentado.

Mira a su alrededor,

no se explica lo que pasa,

todos sus compañeros hoy

se han quedado en su casa.

De sus grandes ojos caen

lágrimas de incomprensión,

ni siquiera hoy el profesor

ha ido a dar la lección.

 


 

            Por su parte, Fito mete el dedo en la llaga en unas de las estrofas de “La casa por el tejado” (2003). Le reprocha a la escuela que, si fuera por ella, nunca habría aprendido las cosas importantes de la vida. Y reivindica la figura del rebelde (el “granuja”) que tuvo que aprender esas cosas importantes gracias a quienes las instituciones disciplinarias (en términos de Foucault) consideran marginados, delincuentes o desequilibrados (la “bruja” que menciona la canción).

 

Fito & Fitipaldis (2003): “La casa por el tejado”

 

El colegio poco me enseñó.

Si es por esos libros, nunca aprendo (…)

El colegio poco me enseñó.

Si es por el maestro, nunca aprendo (…)

Menos mal que fui un poco granuja,

todo lo que sé me lo enseñó una bruja

 


 

            Para terminar, solo dos apuntes. Uno es que no sería justo decir que la escuela hoy en día sigue siendo exactamente igual que la que criticaban los grupos de rock duro en los 70 y 80 del siglo pasado. Pero tampoco es mucho más distinta. Por lo menos sobre el papel y en la ley las intenciones son justo las contrarias. Otra cosa es el día a día.

 

            El otro apunte, ya que hablamos de escuela, es otra triste realidad de las aulas: el acoso escolar o bullying. Sin ser una novedad, lo cierto es que ahora es más visible y, por lo menos, hay mucha más conciencia de su gravedad. El acoso escolar podría interpretarse, siguiendo a Foucault, como una forma más de poder y dominación para homogeneizar y para reprimir y castigar a los disidentes, a los distintos, a quienes se salen de la norma establecida. Solo que esta vez se hace entre “iguales” (micropoder), entre los propios menores que castigan a quien no sigue las normas establecidas y es, simplemente, distinto: con gafas, grueso, homosexual, transexual… diferente.

 

            Resulta obligada la mención a Pearl Jam y la canción “Jeremy” (1991), inspirada en la historia real de Jeremy Wade Delle. Se suicidó con tan solo 16 años delante de sus compañeros de clase, harto de sufrir acoso escolar.

 

Pearl Jam (1991): “Jeremy”

 

Jeremy spoke in class today

Try to forget this (try to forget this)

Try to erase this (try to erase this)

From the blackboard

Jeremy spoke in class today

 


 

            Los gallegos Pültur deciden llamar a las cosas por su nombre y decir lo que pasa alto y claro (especialmente alto) a ritmo del rock más duro:

 

Pültur (2019): “Bullying”

 

Millons de rapaces ao redor do mundo

son acosados e sufren graves humillacións

que frustarán o seus futuros moitos deles

non o superaran e seran abocados a quitarse a vida

pero entre todos podemos paralo

e educar para que isto non volva suceder xamais.

 


 Artículo publicado originalmente en el blog del libro Filosofía y Heavy Metal (Andrés Carmona).

 

Andrés Carmona Campo. Licenciado en Filosofía y Antropología Social y Cultural. Profesor de Filosofía en un Instituto de Enseñanza Secundaria. Coautor del libro Profesor de Secundaria, y colaborador en la obra colectiva Elogio del Cientificismo junto a Mario Bunge et alAutor del libro Filosofia y Heavy Metal (Ed. Laetoli, 2021).