Twister Sister: Be
Chrool To Your Scuel (1986).
Al rock no le gusta la escuela. En esta entrada del
blog vamos a comprobarlo analizando las letras de canciones de rock que, de una
u otra forma, mencionan a la escuela. Entendemos aquí “escuela” en el sentido
genérico de institución escolar o sistema educativo. Y vamos a relacionar el
rechazo del rock hacia la escuela con el pensamiento de uno de los filósofos
más influyentes del siglo XX y todavía hoy en día: Michel Foucault. Seguramente
Pink Floyd, The Ramones, Asfalto o Leize no lo supieran, pero cuando renegaban
de la escuela en sus canciones estaban expresando algunas de las ideas de este
filósofo francés.
Para entrar en contexto, hay que situar las
canciones en el momento en el que casi todas fueron compuestas: años 70 y 80
del siglo pasado, época de formación y auge del rock duro. Este tipo de rock
estaba hecho por músicos jóvenes entonces, cuya música se dirigía hacia un
público adolescente. No es casual que la escuela aparezca en las letras de esas
canciones, como también otras temáticas propias de adolescentes y jóvenes de la
época. La escuela de entonces era una escuela rígida, autoritaria y
memorística, donde el aprendizaje consistía en memorizar y reproducir ciertos
contenidos, a la que vez que inculcar una moral de obediencia y sumisión a la
autoridad del profesorado, el Estado y la religión, y donde el castigo corporal
todavía se veía con normalidad. El pensamiento crítico, el cuestionamiento de
la autoridad o la tradición, el aprendizaje competencial o la autonomía de
juicio y personal no solo no eran objetivos de la educación, sino que, además,
es que se educaba para todo lo contrario: para obedecer, ser sumiso y no
salirse del montón.
El rock, y especialmente el heavy metal y el punk,
rompían precisamente con todo eso. Tanto estética como musicalmente y en los
valores que representaban, el rock duro se unía a los nuevos movimientos
sociales (NMS) de la época que cuestionaban todo ese orden de cosas a todos los
niveles: la familia, la religión, el Estado… y también la escuela. Es la época de
Mayo del 68, el hippismo, la segunda ola feminista, el movimiento por los
derechos civiles, etc. Filosóficamente, es la etapa posterior a la Escuela de
Frankfort y es cuando desarrollará su filosofía Michel Foucault.
Foucault fue un autor influyente en la filosofía
y uno de los primeros tildados de posmodernos. Analizó y criticó el concepto de
“poder”, diversificándolo más allá del poder del Estado hacia lo que llamó la
“microfísica del poder”, entendiéndolo como una relación desigual entre sujetos
que se concreta en la dominación de unos sobre otros: el marido sobre la
esposa, padres sobre hijos, generales sobre soldados, médicos sobre pacientes,
psiquiatras sobre enfermos mentales… y también maestros sobre alumnos. Algunas
de estas formas de poder y dominación adoptan la forma de instituciones
disciplinarias como son la Cárcel, el Cuartel, el Psiquiátrico y también la
Escuela. Dichas instituciones tienen la misión de disciplinar a sus internos en
el sentido de homogeneizarlos, hacerlos sumisos y obedientes, y desactivar toda
desviación respecto de la norma establecida, utilizando para ello mecanismos
represivos y etiquetando a esos individuos de peligrosos, desviados, anormales
o enfermos.
Esta visión de la escuela como institución
disciplinaria choca con el ideal emancipador de la escuela que tenía la
Ilustración. Los ilustrados la habían concebido como una institución necesaria
para lograr la mayoría de edad ilustrada, el sapere aude, la autonomía.
Dos siglos después el resultado había sido una escuela represora y
homogeneizadora con un funcionamiento similar al de las fábricas y los
cuarteles. Era lo que los filósofos de la Escuela de Frankfort habían llamado
la “dialéctica de la Ilustración”: el sueño de la razón que producía monstruos.
Los filósofos posteriores, entre ellos Foucault, declararon el fracaso de la
modernidad y el paso a lo que después se ha llamado la posmodernidad. La
ilustración y la modernidad solo fueron un relato, una narrativa que ya no
tiene sentido como no lo tiene ninguna. Y la filosofía debe encargarse de su
deconstrucción sin una narrativa alternativa. Y en ese proceso de deconstrucción
también se deconstruye la escuela.
Este discurso crítico con todas las instituciones
modernas y tradicionales, como la escuela, la religión, el Estado, el ejército,
la familia, etc., va a calar hondo en el rock duro y el heavy metal. Centrándonos
solamente en la escuela, podemos ver cómo esta aparece retratada en términos que
nos recuerdan mucho a los de Foucault.
Dos de las más famosas son “School out” (1972) de
Alice Cooper y “Rock ‘n’ Roll High School” (1978) de The Ramones. En la
primera, Alice Cooper expresa la emoción del momento en el que acaba el curso y
empiezan las vacaciones, expresando un deseo profundo: que acabe el colegio
pero para siempre.
Alice
Cooper (1972): “School out”
School's
out for summer
School's
out forever
I'm
bored to pieces
No
more pencils, no more books
No
more teachers, dirty looks
Out
for summer, out 'til fall
We
might not come back at all.
The Ramones expresan un sentimiento
que veremos en muchas otras canciones: el de que “la escuela no es para mí”. La
escuela aparece como un lugar aburrido y repelente y para el que la alternativa
es el rock and roll.
The
Ramones (1978): “Rock 'n' Roll High School”
Well,
I don't care about history
Rock,
rock, rock 'n' roll high school
'Cause
that's not where I wanna be
Rock,
rock, rock 'n' roll high school (…)
I
hate the teachers and the principal
Don't
wanna be taught to be no fool
Rock,
rock, rock, rock, rock 'n' roll high school
Veintitrés años después, PPM hacía una versión en
castellano del tema de los Ramones expresando la misma idea.
PPM
(2001): “Rock ‘n’ roll en el instituto”
Pero si hay una canción rock que expresa ideas casi
foucaultianas tal cuales esa es, sin duda, el himno de Pink Floyd: “Another
Brick in the Wall (Part 2)” (1979).
Pink
Floyd (1979): “Another Brick in the Wall (Part 2)”
We
don't need no education
We
don't need no thought control
No
dark sarcasm in the classroom
Teacher,
leave them kids alone
Unos años más tarde, Twisted Sister
retoma la crítica al sistema educativo con la canción “Be Chrool To Your Scuel”
(1986) en la se preguntan si no habrá una forma alternativa de enseñar que no
sea la que sufre el alumnado cada día en el aula.
Twisted
Sister (1986): “Be Chrool To Your Scuel”
Well,
I don't think I'll make it through another day,
it's
eight o'clock and all ain't well
My
brain hurts so much it's stratin' to decay
and
I'm livin' in my private hell (…)
I
see them walkin' 'round like the livin' dead,
ain't
they got nothin' between their ears?
How
come they don't seem to hear a single word I say,
they
ain't the only one who's bored to tears
Now
there must be a better way to educate
'cause
this way ain't workin' like it should.
Didn't
somebody tell me this would be so great,
be
the best thing I ever had?
El rock duro en castellano reproduce
la misma imagen y la misma crítica de la escuela. Aquí es obligada la
referencia a “Días de escuela” (1978) de Asfalto, compuesta al mismo tiempo que
las mencionadas anteriormente. En ella, Asfalto refleja cómo era la escuela
franquista que ellos sufrieron, con multitud de anécdotas y detalles sobre los
crucifijos, las estufas, los maestros, etc. Nótese cómo contraponen la alegría
del recreo con la “tortura” de la última clase del día:
Asfalto
(1978): “Días de escuela”
Suena
el timbre, ¡al fin!
Bocadillo,
recreo, evasión.
Y
una tortura más
antes
del juego (…)
La
letra con sangre entra,
¡otro
capón!
Tarea
para mañana.
Por su parte, y al mismo tiempo,
Ramoncín simplemente dice bien claro lo que no le gusta y por qué: no le gusta
la escuela porque es un chaval. Lo que nos lleva a la reflexión: ¿la escuela
debe ser, necesariamente, tan repelente para los chavales?
Ramoncín
(1979): “Soy un chaval”
No
me gustan los deberes, no me gusta la academia.
No
me gusta la maestra, (…)
Odio
el camino al cole, no me gusta el profesor.
Soy
un chaval.
Estoy
harto de las clases, no me gusta la pizarra.
Odio
la regla de tres.
Una década después, Loquillo retoma
la temática en términos foucaultianos: la escuela como una más de las
instituciones diseñadas para controlar, vigilar y reprimir al desobediente (o
sea, a quien quiere ser libre).
Loquillo
(1987): “Siempre libre”
Ya
desde el colegio
tuve
siempre que aguantar
alguien
cerca mío,
para
hacerme recordar
todos
mis deberes,
desde
aquel mi rincón,
para
imponerlos por la fuerza
o
la razón.
Leize profundizan más todavía en la
misma crítica a la escuela como entidad represora y maquinaría de
homogeneización social, una “fábrica” de mentalidades que produce sujetos que
son solo “uno más”:
Leize
(1989): “Uno más”
Ente
educativo,
danos
algo nuevo.
Demasiadas
lagunas para educar.
Sobra
castigo escolar.
Por
papeles firmados,
aguantar:
esos miedos que marcan
la
personalidad.
Los Enemigos dan un paso más allá.
En la escuela no es solo que la letra entre con sangre, es que a veces la
sangre se escapa toda. Es lo que le pasó a un adolescente que, abrumado por el
peso de no ser capaz de aprobar el curso, decide quitarse la vida antes de las
recuperaciones que entonces se hacían en septiembre después de las vacaciones
de verano. La canción expresa lo que pudieron ser los últimos pensamientos del
joven suicida después de escuchar una y otra vez los típicos mensajes de “Nunca
serás nadie en la vida”, “No vales para nada”, “No te esfuerzas lo suficiente”.
Tristemente, la canción está basada en una historia real que fue la que inspiró
la letra de la canción.
Los
Enemigos (1990): “Septiembre”
Yo
iba a ser un gran tío, todo un ganador
¿Será
que no es lo mío esta competición? (…)
Lo
he intentado de corazón
Me
hubiera encantado, lo sabes, señor
¿Es
cierto que no tengo
ninguna
vocación?
Ya
es septiembre y yo no voy a estar (…)
Antes
de que me echen, prefiero salir
Aunque
sea abriendo la puerta de atrás
La canción de S.A., “Ke no te hagan
llorar” (1991), va de los prejuicios y estigmas que pueden sufrir los niños
contagiados de SIDA. Lo curioso de la canción es que, para expresar su soledad
e incomprensión, la canción se sitúa en la escuela del menor. La metáfora es la
de un niño que acude a clase pero ese día no va nadie más, ni siquiera el
profesor, y al mirar por la ventana ve cómo todo el mundo le señala con el
dedo, sin entender nada de lo que está pasando. La crítica subyacente es que la
escuela debería servir para justo lo contrario: un lugar de refugio, empatía y
comprensión para niños con SIDA o con cualquier otra circunstancia que suponga
una desventaja social, ya sea económica, étnica, sexual o de cualquier otro
tipo. Lamentablemente, la escuela a veces no solo no sirve de freno para esas
desventajas sino que además las acrecienta.
Soziedad
Alkohólika (1991): "Ke no te hagan llorar".
El
aula vacía está
y
llena de hipocresía.
Un
niño cabizbajo ha entrado
y
en su pupitre se ha sentado.
Mira
a su alrededor,
no
se explica lo que pasa,
todos
sus compañeros hoy
se
han quedado en su casa.
De
sus grandes ojos caen
lágrimas
de incomprensión,
ni
siquiera hoy el profesor
ha
ido a dar la lección.
Por su parte, Fito mete el dedo en
la llaga en unas de las estrofas de “La casa por el tejado” (2003). Le reprocha
a la escuela que, si fuera por ella, nunca habría aprendido las cosas
importantes de la vida. Y reivindica la figura del rebelde (el “granuja”) que
tuvo que aprender esas cosas importantes gracias a quienes las instituciones
disciplinarias (en términos de Foucault) consideran marginados, delincuentes o
desequilibrados (la “bruja” que menciona la canción).
Fito
& Fitipaldis (2003): “La casa por el tejado”
El
colegio poco me enseñó.
Si
es por esos libros, nunca aprendo (…)
El
colegio poco me enseñó.
Si
es por el maestro, nunca aprendo (…)
Menos
mal que fui un poco granuja,
todo
lo que sé me lo enseñó una bruja
Para terminar, solo dos apuntes. Uno
es que no sería justo decir que la escuela hoy en día sigue siendo exactamente
igual que la que criticaban los grupos de rock duro en los 70 y 80 del siglo
pasado. Pero tampoco es mucho más distinta. Por lo menos sobre el papel y en la
ley las intenciones son justo las contrarias. Otra cosa es el día a día.
El otro apunte, ya que hablamos de
escuela, es otra triste realidad de las aulas: el acoso escolar o bullying.
Sin ser una novedad, lo cierto es que ahora es más visible y, por lo menos, hay
mucha más conciencia de su gravedad. El acoso escolar podría interpretarse,
siguiendo a Foucault, como una forma más de poder y dominación para
homogeneizar y para reprimir y castigar a los disidentes, a los distintos, a
quienes se salen de la norma establecida. Solo que esta vez se hace entre
“iguales” (micropoder), entre los propios menores que castigan a quien no sigue
las normas establecidas y es, simplemente, distinto: con gafas, grueso,
homosexual, transexual… diferente.
Resulta obligada la mención a Pearl
Jam y la canción “Jeremy” (1991), inspirada en la historia real de Jeremy Wade
Delle. Se suicidó con tan solo 16 años delante de sus compañeros de clase,
harto de sufrir acoso escolar.
Pearl
Jam (1991): “Jeremy”
Jeremy
spoke in class today
Try
to forget this (try to forget this)
Try
to erase this (try to erase this)
From
the blackboard
Jeremy
spoke in class today
Los gallegos Pültur deciden llamar a
las cosas por su nombre y decir lo que pasa alto y claro (especialmente alto) a
ritmo del rock más duro:
Pültur
(2019): “Bullying”
Millons de rapaces ao
redor do mundo
son acosados e sufren
graves humillacións
que frustarán o seus
futuros moitos deles
non o superaran e seran
abocados a quitarse a vida
pero entre todos podemos
paralo
e educar para que isto non
volva suceder xamais.
Artículo publicado originalmente en el blog del libro Filosofía y Heavy Metal (Andrés Carmona).
Andrés Carmona Campo. Licenciado en Filosofía y Antropología Social y Cultural.
Profesor de Filosofía en un Instituto de Enseñanza Secundaria. Coautor del
libro Profesor de Secundaria, y colaborador en la obra colectiva Elogio del Cientificismo junto a Mario Bunge et al. Autor del libro Filosofia y Heavy Metal (Ed.
Laetoli, 2021).